lunes, 5 de marzo de 2012

Volviendo a clase

Desde que, hace ya algunos años, aproveché un verano para aprender a hacer encaje de bolillos, no había recibido ninguna clase de manualidades.

Hace sólo unos días viajé a Madrid, donde tenía concertada una clase individual para aprender los primeros pasos en cartonaje. Me costaba trabajo creer que de aquella primera clase podía salir ya con algo perfectamente terminado y realizado, pero así fue. De aquella clase me llevé también varias direcciones para comprar materiales: planchas de cartón, papeles, telas de encuadernar... Las herramientas básicas ya las tenía: una base de corte de linóleo, reglas de acero, cutters, pinceles, etc. Y armada con todo ello y de vuelta a casa me lancé a repetir, ya sola y sin ayuda, aquel primer trabajo realizado: una caja libro forrada con tela de encuadernar beige y un precioso papel italiano.

Para asegurar las instrucciones recibidas repetí la caja exactamente igual, con la misma forma y las mismas medidas, cambiando sólo los colores y el papel utilizado. El resultado fue igual de satisfactorio.

Encantada con mi nueva habilidad, enseñé las dos cajas a unas amigas, que inmediatamente se encapricharon de ellas. Y como me encanta regalar, las dos cajas terminaron en sus manos. No había tenido la precaución de fotografiar la primera caja, pero sí lo había hecho con la segunda, pensando en enviar las fotos a la persona que me enseñó para que viera que había aprovechado su clase. La cámara no se encuentra en su mejor momento, y hay algunos problemas de desenfoque, pero publico las fotos de la caja que hice ya sola.





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