La tentación de ahorrar algo de dinero es demasiado fuerte a veces, pero me parece un error tratar de ahorrar en materiales. Con frecuencia dedicamos muchas horas a una labor o manualidad, y ese tiempo vale tanto que no merece la pena echarlo a perder con un resultado mediocre por utilizar materiales baratos.
Las tiendas de chinos han abierto a mucha gente un universo nuevo de baratijas. ¿Quién quiere pagar 4 euros por un pliego de papel cuando encontramos papeles con diseños muy bonitos por unos céntimos? Pero el resultado puede ser catastrófico: papeles que se arrugan a la mínima manipulación, que parecen vengarse de nosotros cuando les aplicamos cola y se niegan a plegarse correctamente; herramientas que prometen mucho y no dan nada, y que pueden arruinar un trabajo en sus últimos pasos, cuando ya hemos invertido mucho tiempo en él; o pinturas de mala calidad que no soportan el paso del tiempo.
En el próximo post hablaré de algunos materiales que utilizo, concretamente de papeles y cartulinas.
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